28 jun 2011

CARTA DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES DE LA CLOC

Preocupa el avance de la soja transgénica en Bolivia


La Coordinación Nacional de la CLOC-Vía Campesina Brasil, reunida en Brasilia los días 13 y 14 de este mes, entre otras cosas, discutió con especial atención y preocupación la información que nos llegó sobre el proyecto de ley "Ley de la Revolución Productiva Comunitaria y la agricultura" , que ahora esta en la agenda de su administración.


CLOC/VIA CAMPESINA SUDAMÉRICA
Carta de la Vía Campesina al Presidente del estado Plurinacional de Bolivia


Al Sr. Evo Morales Ayma Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia

Estimado compañero Presidente Evo,

La Coordinación Nacional de la CLOC-Vía Campesina Brasil, reunida en Brasilia los días 13 y 14 de este mes, entre otras cosas, discutió con especial atención y preocupación la información que nos llegó sobre el proyecto de ley "Ley de la Revolución Productiva Comunitaria y la agricultura" , que ahora esta en la agenda de su administración.

Como organizaciones campesinas, de pescadores, de pueblos indígenas, quilombolas, estudiantes y de pastorales sociales, que vivimos en estos últimos años la liberación y el avance de los transgénicos y su paquete tecnológico en nuestro país, nos sentimos en la obligación política de alertarlo sobre el peligro que sufre la soberanía nacional boliviana en caso de que la ley se haga efectiva. Hemos leído con mucha atención la referida propuesta de ley, y según nuestra evaluación, los artículos 15 y19 expresan claramente la autorización para una invasión de semillas y productos transgénicos en Bolivia.

Además de esto, esta confirmado por estudios y por nuestra propia constatación, que no hay posibilidad de coexistencia entre los transgénicos y la agricultura campesina y tradicional. Lo que vivenciamos es la expulsión de los pueblos indígenas y comunidades, la perdida y la contaminación de semillas nativas entre otros.

Los transgénicos son actualmente la principal herramienta de dominación capitalista en la agricultura, pues coloca el dominio de las semillas en manos de algunas empresas transnacionales. También impone la utilización de químicos y agrotóxicos (herbicidas, fungicidas, insecticidas). Tristemente le decimos que nuestro país después de liberar los transgénicos , se transformó en el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo. Esa realidad trae consecuencias devastadoras para la vida humana y para la biodiversidad.

Su excelencia y sabiduría, por su propia historia de vida sabe, que a agricultura comunitaria boliviana ha resistido centenares de años al ataque colonial y capitalista. Bolivia es considerada un patrimonio de variedades genéticas de batatas, maíz, quinua entre otros.

Los pueblos de todo el mundo, en especial los articulados en la CLOC-Vía Campesina , esperan que su gobierno continúe siendo un aliado estratégico de la soberanía alimentaria. contra la agricultura capitalista.

Su excelencia tenga en cuenta que la aprobación de esta ley, con la presencia de los referidos artículos 15 y 19, significará contradecir todo lo que fue manifestado por Bolivia en los diversos foros internacionales, incluido la Cumbre de la Madre Tierra en Cochabamba, y eso significará romper con la alianza con los sectores indígenas, campesinos, ambientalistas en Bolivia , en todo el contienente y en el mundo

Creemos en su compromiso con el pueblos , compañero presidente Evo Morales.

¡NO a los transgénicos, Sí a la vida!

“Las semillas son el patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad”

¡CONTRA EL SAQUEO DEL CAPITAL Y DEL IMPERIO, AMÉRICA LUCHA!

CLOC-Vía Campesina Brasil
MST- Movimiento dos Trabajadores Rurales Sin Tierra
MMC- Movimiento de Mujeres Campesinas
MAB – Movimiento de Atingidos por Represas
MPA – Movimiento de Pequeños Agricultores
PJR – Pastoral da Juventud Rural
CIMI – Comisión Indigenista Misionera
CPT – Comisión Pastoral de la Tierra
ABEEF – Asociación de Estudiantes de Ingeniería Forestal
FEAB
PESCADORES

Fuente: http://www.prensadefrente.org/

24 jun 2011

Argentina – Agroquímicos Reclamos al Ministro de Agricultura de la Nación


Buenos Aires, 24 de junio de 2011
 

El colectivo de redes, organizaciones de la sociedad civil y personas constituido alrededor de la Petición solicitándole el Cambio de Metodología de Clasificación de los Agroquímicos, que ha sido recomendada por el Defensor del Pueblo, lamenta profundamente el desinterés y la falta de voluntad política para proteger la salud de la población de tantos lugares del país afectada por las pulverizaciones con pesticidas.
Durante 7 meses hemos presentado más de 9.300 adhesiones de ciudadanas y ciudadanos argentinos de los más diversos lugares del país y que desempeñan las más variadas actividades, que manifiestan con su firma y su documento de identidad, en planillas de papel, el rechazo a los riesgos y daños a la salud que generan los agroquímicos. El reclamo culminó con 10 días de huelga de hambre realizada a las puertas del Ministerio.
La indiferencia y la de los altos funcionarios de ese Ministerio causan indignación y rechazo.
Ni siquiera respondieron sobre cuales son los laboratorios registrados y autorizados para hacer los estudios de los pesticidas, cuales son los productos registrados y autorizados, ni sobre las recomendaciones a las provincias acerca de las distancias libres de pulverizaciones.
Por lo expuesto el colectivo participante consensuó suspender la medida de protesta, visualizando como única alternativa el camino judicial, al margen de otras acciones.  
La salud de toda la población, tanto rural como urbana, afectada por las pulverizaciones y el aumento de los residuos tóxicos contenidos en los alimentos, y la de las generaciones futuras, ameritan el esfuerzo.
La nota dirigida al Ministro puede solicitarse a ecolowy@yahoo.com.ar

23 jun 2011

Los qom y la (nueva) decadencia de Occidente

por Eduardo Grüner *


de la edición del lunes 16 de mayo de 2011 - Página/12

1. ¿Cuántas historias hay en la Historia? Desde 1492, una sola: se ha naturalizado que la Historia –y ni siquiera toda ella, sino la de las clases dominantes– de la humanidad es la historia de una pequeñísima porción de ella (véase cuánta superficie ocupa Europa en el mapamundi), y la de una concepción, o una “filosofía”, de la historia, que es muy, pero muy reciente (no más de 500 años: para la historia total de la humanidad, como decir hace cinco minutos). Con una típica operación de fetichismo ideológico, esa pequeña parte se ha transformado en el sentido común del todo. En nuestras escuelas secundarias, por ejemplo, se sigue enseñando la “Edad Media” como uno de los grandes períodos de la Historia: los grandes terratenientes y la servidumbre de la gleba, los conflictos de la aristocracia feudal con la monarquía centralizadora, los de esta última con el papado, las cruzadas y las guerras de religión, etcétera. Todas cosas, evidentemente, que no pueden faltar en la formación de un adolescente. Ahora bien: ¿qué diantres puede querer decir todo esto para los bantú del Africa subsahariana, para los chipaya del altiplano boliviano, para los tunguses de la estepa siberiana? Es decir –si continuáramos la lista de todas las sociedades y culturas históricas que no han atravesado aquellos procesos–, de algo así como el 90 por ciento de la humanidad (incluyendo a una buena parte de Europa, especialmente oriental, cuyo “feudalismo” fue radicalmente distinto del de Inglaterra o Francia). En fin, que una pequeñísima porción de esa humanidad, como decíamos, ha logrado construir la “evidencia” de que su historia es la Historia sin más. Esto solía tener un nombre prestigioso, más o menos acuñado por Gramsci: “Hegemonía cultural”. Semejante hegemonía –que afecta nada menos que a toda nuestra mismísima idea de la historia en su conjunto– sólo pudo imponerse gracias a la conquista y la colonización multisecular, que “redondeó” al mundo “bajo la mirada de Occidente” (para citar un famoso título de Joseph Conrad). A esta altura, ya no hace falta seguir argumentando el carácter genocida de esa (bien llamada) “empresa”: un genocidio “objetivo” que es el más gigantesco que haya conocido la historia humana, causando el desastre no sólo de un continente, sino de dos, ya que tal “empresa” incluyó asimismo la catástrofe demográfica de buena parte de Africa mediante la esclavitud. Pero quizá sí sea necesario seguir argumentando las diversas formas en que ello implicó también un no menos gigantesco etnocidio o “culturicidio”. También fueron “colonizadas”, y en muchos casos directamente “desaparecidas”, las otras lógicas históricas, culturales, económicas, políticas, religiosas, artísticas o poéticas que esa diversidad casi infinita de sociedades representaban. Esa primera “globalización” empobreció la variedad civilizatoria con su unificación forzada bajo la lógica hegemónica y bajo el tiempo “homogéneo y vacío” (diría Walter Benjamin) de la expansión mundializada del capital. Como afirma, si bien refiriéndose a la destrucción del politeísmo, Sergio Bergallo, en un notable libro titulado La destrucción de los dioses: “Milenios de sabiduría, de caminos abiertos para el género humano, fueron literalmente sepultados”.

2. Entre esos “caminos abiertos” ahora sepultados estaba, por supuesto, el de los qom/tobas, así como el de cientos y cientos de esos pueblos que, en efecto, estaban ab origem (en el comienzo). Allí había, por ejemplo, mitologías y cosmogonías que no por no responder al logos hoy totalmente tecnificado de la ciencia moderna dejaban de bucear en el sentido de un universo enigmático. Pero también había –porque para ellos formaba parte de una totalidad compleja y diversa pero integral– formas de producción, de cooperación social, de organización política y económica sustantivamente democráticas que incluían un profundo respeto por la tierra y la naturaleza, y que eran desde ya estructuralmente incompatibles con el avance del capital agrario transnacionalizado, de la invasión sojera, de la minería contaminante, de la especulación territorial y financiera global. Tenían que ser sepultadas, y lo fueron. Se perdió así un “modelo”, entre tantos otros posibles, radicalmente alternativo a “lo que hay”. Un modelo que –como explicaba el heterodoxo antropólogo francés Pierre Clastres– no es el de una sociedad sin política, sino el de una sociedad contra la política entendida como el gerenciamiento represivo de los negocios de las clases dominantes; no una sociedad sin “excedente de producción”, sino contra el excedente de producción que implica la mercantilización de todo lo existente y el consumismo desenfrenado. Que se nos entienda bien. No se trata de hacer demagogia romántica, de alucinar un retorno a algún paraíso del “buen salvaje” (que bien puede ser la versión “progre” del etnocentrismo colonial). Pero sí de entender, mediante el “caso” qom, tomándolo como “analizador”, que en nuestro planeta puede haber otras cosas que el “modelo” capitalista/neodesarrollista, que podrá tener algunas ventajas respecto del neoliberalismo conservador más (él sí) “salvaje”, pero que no por eso deja de pertenecer a la misma lógica de destrucción de lo que no se someta a ella. Las comunidades qom –así como tantas otras, insistimos– han perdido la mayor parte de sus tierras, han sido dispersadas, “desterritorializadas” (como gustan decir los “pensadores” posmodernos, creyendo que eso es siempre algo bueno; y quizá lo sea... en París), sus miembros se han visto obligados a “ingresar” al mercado de superexplotación de la fuerza de trabajo. Por la puerta más chica, claro: en general, pasando a formar parte de la ocupación “informal” (una palabra repugnante por su frivolidad: como si se dijera que se visten “informalmente”), es decir fuera del mundo, que todavía está rayana en cerca del 40 por ciento de la fuerza de trabajo. Eso, en el mejor de los casos; en el peor, condenados al hambre, la miseria, la desesperación dentro del (in)mundo. Y, como se ha visto en los últimos meses, al asesinato sumario. Caídos en lo peor de todos los infiernos: tras el despojo, el racismo, y tras este desclasamiento, aún antes de haber entrado a su nueva “clase”, y finalmente la liquidación física. El punto de cruce perfecto entre la “historia” de medio milenio de genocidio y la “modernidad” de la explotación clasista más actual. Lo de los qom no es una anécdota o un conflicto coyuntural: es un símbolo universal.

3. En este diario, en los últimos días, se publicaron dos muy atendibles artículos sobre el problema qom, a cargo de Washington Uranga y de Mempo Giardinelli. Son atendibles, entre otras razones, porque sus autores se declaran simpatizantes, en muchos aspectos, del actual gobierno argentino. Sin embargo, no retroceden ante el imperativo de una dura crítica a las máximas autoridades de ese gobierno por su silencio ante las justísimas demandas qom. Es un rasgo de encomiable consecuencia, o, como se decía en otras épocas, de coraje cívico. Demuestra que un intelectual puede y debe ir más allá de sus adhesiones inmediatas cuando hay que poner el dedo en una llaga dolorosa. Pero me permito, muy humildemente, proponer que hundamos el dedo a fondo. Hasta el codo. Y me temo que entonces tendríamos que decir algo bien antipático y aguafiestas: con cualquier variante del actual “modelo” de acumulación capitalista mundial –y nuestro país sigue estando, con sus peculiaridades, allí, ¿o no?–, el problema qom no tiene solución de fondo posible. Se puede, y se debe, pelear para que las autoridades nacionales los reciban, los escuchen, les den, sí, la razón que ya tienen, les devuelvan sus tierras, lo que fuera. Tal vez, incluso, todo eso se consiga –aunque habrá que luchar muchísimo–. Pero en algún momento nos encontraremos con un paredón infranqueable: en lo inmediato, será con el sistema de alianzas políticas y económicas que esas autoridades no parecen muy dispuestas a romper, incluyendo a alguna gobernación que es por lo menos políticamente responsable de los despojos y las muertes; en lo más mediato, con aquel “modelo” de acumulación que lleva inscriptos constitutivamente estos agujeros negros (el de los qom es sólo uno) que está “por naturaleza” incapacitado para clausurar. La “mancha” qom sobre la 9 de Julio es un corte a los entusiasmos desmesurados y acríticos. Es así. Habrá que hacerse cargo, y extraer las consecuencias que cada cual crea pertinentes.

4. En todo caso, hay una de esas consecuencias que ya no se puede ocultar más: el Occidente capitalista del cual seguimos, con los matices que se quieran, formando parte –no se ha escuchado todavía que el “modelo” contemple la alternativa de lo que Samir Amin llamaba la “desconexión”– está entrando en estado de crisis terminal, como se puede leer todos los días en las noticias europeas o norteamericanas. El colapso económico –que aceleradamente, también todos los días, precipita en la pobreza a las masas más desprotegidas de los imperios– se combina siniestramente con la exacerbación del racismo, frecuentemente homicida, contra la inmigración proveniente de aquellas otras “historias” que esos imperios fagocitaron. Ellos tienen sus propios qom. Mientras tanto, las cosas realmente interesantes, la posibilidad de nuevos “caminos abiertos”, también se está gestando en ese “afuera” de las otras historias, aun con todas sus contradicciones, incertidumbres, brumosidades: en las rebeliones del mundo árabe (que también son, o pueden devenir, rebeliones contra ese Occidente capitalista que durante décadas sostuvo a los déspotas sobre sus barriles de petróleo), o en los esfuerzos latinoamericanos –ante todo de los pueblos, más que de los gobiernos– por interrogar críticamente todo lo que en las últimas décadas parecía no tener vuelta, y por recuperar la multiplicidad de sus historias plurales. Tal vez el camino, alguna vez “abierto”, del Occidente único amo de la Historia haya empezado también a sepultarse, esta vez por sus propias manos. Ojalá –porque no es cuestión de celebrar ningún desastre de manera unilateral e irresponsable– que de ese hundimiento podamos rescatar los caminos que siempre permanecerán abiertos si sabemos recorrerlos a nuestra propia manera: los de Homero, Shakespeare, Miguel Angel o Beethoven, por decir algo. Y de los qom.

* Sociólogo, profesor de Teoría Política (UBA).


Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-168236-2011-05-16.html

17 jun 2011

Repudio a la persecución política a MOCASE-VC

Las radios comunitarias, centros de producción, comunicadores y comunicadoras asociadas a AMARC Argentina expresamos nuestro enérgico repudio a la persecución política que denuncian los y las integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero – Vía Campesina.

Amarc Argentina saluda la lucha de los hombres y mujeres de MOCASE – Vía Campesina quienes en los últimos días han sido víctimas del accionar judicial y policial de Santiago del Estero, con procedimientos y maniobras persecutorias debido a sus actividades políticas. Perseguir, amedrentar y judicializar son acciones repudiables que nos retrotraen a las prácticas de la dictadura militar y reafirmamos que los pueblos y comunidades campesinas tienen derecho a organizarse, a defender su territorio y a decidir de qué modo construyen su vida y su identidad.

Y por este medio hacemos nuestras las palabras de los campesinos y campesinas organizadas cuando sostienen que los compañeros y compañeras perseguidos, entre muchos miles, son luchadores por la igualdad, la justicia, por el derecho a la tierra, a la soberanía alimentaria, comprometidos con las campesinas y campesinos y los sectores populares y eternos defensores de los derechos humanos.

Y exigimos con ellos el fin de la judicialización y criminalización de la protesta social y el castigo a quienes construyen falsas pruebas y acusaciones infundadas.

Argentina, junio de 2011

http://amarcargentina.org.ar/web/2011/06/repudio-a-la-persecucion-politica-a-mocase-vc/

7 jun 2011

Semana de la Semilla

Cloc- Via Campesina

31.May.11 :: El Sakeo - Paraguay

Asunción, 30 de mayo de 2011

COMUNICADO

Debido a la inauguración de la “Semana de la Semilla”, que se realiza entre el 30 de mayo y el 1 de junio, en el predio del Ex Seminario Metropolitano, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina Sudamérica, se dirigen a la opinión pública nacional e internacional para manifestar cuanto sigue:

La aprobación en Chile, días pasados, de la Ley de Obtentores de Semillas, a través de la cual se patentarán no solo las semillas, sino que afectará a todo tipo de vegetales, permitiendo, a la vez, ingresar al mercado los productos transgénicos, legitima el despojo a las comunidades campesinas e indígenas y violenta la soberanía alimentaria con un golpe fatal.

Consideramos esto como un grave atropello legislativo y un retroceso para nuestros países porque se traduce en una amenaza latente que puede alcanzar a toda la región, conocida mundialmente por su carácter agroexportador de materias primas y producción transgénica, que no reporta beneficio alguno para la población y solo perpetra crímenes continuos contra la biodiversidad.

Esta ley aprobada en el Congreso chileno favorece solamente a las corporaciones multinacionales como Monsanto y otras, que lucran con el patrimonio y la riqueza genética de los pueblos. Con la privatización de las semillas, se crean condiciones en el país andino para extender los cultivos transgénicos y el uso indiscriminado de agrotóxicos, con todos los efectos que esto entraña: más violación de derechos campesinos, más daño irreversible contra la Madre Tierra.

Esto es resultado de las discusiones que se desarrollan en el marco de la UPOV 91, la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, organismo intergubernamental de la que Paraguay también forma parte desde 1997. Hoy es Chile; mañana, distraídamente, el Congreso paraguayo podría emular a sus colegas andinos en esta coyuntura desfavorable de confrontación de intereses.

La CLOC y La Vía Campesina declaran su lucha permanente contra los agrotóxicos y por la soberanía alimentaria, además de expresar su solidaridad plena con la lucha y la movilización de los campesinos y campesinas de Chile. Sería de lamentar que experiencias como la chilena, bajo un gobierno entreguista y neoliberal, se repliquen en nuestros países. De acuerdo a lo estipulado en la Declaración de Bali, somos víctimas de una guerra por el control de las semillas porque las empresas multinacionales se disponen a atacar deliberadamente a las poblaciones rurales.

Que en esta semana dedicada a nuestras semillas nativas y criollas no olvidemos que existe una propuesta elaborada por los movimientos campesinos e indígenas, el proyecto de ley de protección y defensa de semillas nativas y criollas del Paraguay, que será impulsada por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) en instancias del Congreso Nacional, bajo el riesgo de la indiferencia de quienes debieran anteponer los intereses colectivos a los individuales.

¡Las semillas campesinas son dignidad, cultura y vida!

¡Por la tierra y la soberanía de nuestros pueblos! ¡América lucha!